miércoles, 2 de octubre de 2019

Ideologia y Educación


Ideología y Educación
Lo han conseguido, nos han hecho robots (ó casi), nuestro pensamiento está determinado por lo que conviene económicamente a algunos. Han instaurado un sentido común que hace que no nos cuestionemos el status quo, la injusticia ya nos parece irremediable, natural, así mismo la desigualdad y el individualismo. El mantra que nos domina dice  “hay que ser competitivo, que el mundo es muy duro…” y lo malo es que nadie ha de decírnoslo pues lo interiorizamos como  una verdad incuestionable.
En educación también ha pasado, ahora se ve como una rareza hacer cosas fuera del libro de texto, meter la vida en la escuela, o dudar de una evaluación que se base en la continua clasificación de los exámenes. En la actualidad, plantearse cuestiones como que, la escuela, dejada a la inercia de su organización tradicional, beneficia siempre a los que parten de mejores condiciones, plantearse eso, suena a anticuado o a ideología peligrosa.
Como dice el pedagogo  Henry Giroux “La crisis de la escuela es la crisis de la democracia”.
Pero, cómo hemos llegado a esto. Había una tradición pedagógica, no mayoritaria pero si  fuerte, que tenía claro que favorecer el espíritu crítico, fomentar valores de participación democrática, era fundamental para educar  seres verdaderamente humanos, que albergaran la semilla del cambio hacia un mundo más justo.
No hace tanto tiempo, los movimientos de renovación pedagógica, Freire, Celestín Freinet… mantenían una tradición pedagógica que influía en los claustros en la dirección de la alegría, el compromiso, que promovía la democracia del día a día. Esa forma de ver la escuela  siempre estaba presente en los colegios  aunque no fuera de manera mayoritaria.
Todo eso pasó de moda. Son malos tiempos para la lírica.
Sin embargo no podemos resignarnos, en mi caso he seguido asistiendo a los congresos  de un M.R.P. el Movimiento Cooperativo de Escuela Popular (M.C.E.P)  una de aquellas escuelas de verano que en los años 80 eran tan numerosas y en las que se respiraba ese  enriquecedor  ambiente de la pedagogía crítica. Siempre me ha parecido necesario el compromiso con las ideas de profundización democrática. Pienso que como escribió  el gran maestro francés Celestín Freinet “La democracia del mañana se prepara con la democracia en la escuela” sólo haremos un mundo democrático si vivimos la democracia en la escuela día a día. Considero que una escuela diferente a la tradicional de la  autoridad y el miedo,  es posible, una escuela en la que la alegría y el compromiso de querer una sociedad mejor se comunica a los niños y las niñas  y permite una metodología que se preocupa más por generar valores de compañerismo y participación democrática que por inculcar la obediencia ciega. Siempre me ha parecido evidente que si la vida entra en el aula la motivación para aprender es mucho mayor. Pero… ahora parece que lo evidente es todo lo contrario, la competitividad, el examen, la nota, el libro de texto como único recurso…
Lo dice bien el pedagogo Jurjo Torres Santomé, nos hemos convertido en “empresarios de nosotros mismos”, viva la acumulación de títulos para el currículum, todo se mide en términos económicos, es bueno lo que renta (dinero) lo demás son altruismos utópicos. El oráculo de la O.C.D.E. basado en las evaluaciones externas (objetivas…) el famoso informe Pisa; el nuevo lenguaje, tan viejo en el fondo, de los estándares y las rúbricas…
Sin embargo no es cierto, a poco que nos detuviéramos a pensar nos daríamos cuenta de que lo verdaderamente humano no es competir si no ayudar, eso es lo que habría que enseñar en las escuelas, lo verdaderamente humano no es perseguir  predominantemente mi interés individual, sino avanzar en la adquisición de  ese espíritu crítico que nos permita unirnos para, entre todos, cambiar esta sociedad injusta. Una sociedad en la que, sin darnos cuenta, aceptamos unos valores que solo perpetúan este sistema profundamente desigual, en el que el  único principio  que permanece incontestable es el de que lo interesante es conseguir más dinero pese a quien pese
Como digo, a poco que pensáramos se nos revelarían  estas razones como evidentes, pero este mundo globalizado, sin ideología (falso, neo liberal) “se lo ha montado tan bien” que, con sus continuas prisas, y su obsesión por “el emprendimiento”, no nos dejar pararnos a pensar, ni siquiera… ese poco necesario. Es fundamental, a pesar de ello, no tirar la toalla, nunca cejar en empeño del espíritu crítico, de la participación, de la democracia, para que cuanto antes cambien los tiempos también en educación.
Juan Fernández Platero

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